MIGUEL ARROYO (1920-2004): PIONERO DEL MOBILIARIO MODERNO. El Nacional. Caracas

 
 

Fue un hombre multidisciplinario que conjugó la estética colonial venezolana con el lenguaje modernista.

 

Los años 50 del siglo XX quedaron inscritos en Venezuela como sinónimo de progreso material y renovación. La arquitectura y los muebles de líneas simples y geométricas evidenciaron el estilo de vida de un país que pasaba sin pudor de lo rural a lo urbano. Lampolux, Decodibo, la Galería Hatch y Capuy fueron las tiendas que introdujeron el mobiliario moderno, principalmente de origen escandinavo, en el país.

El primero en asumir el diseño de mobiliario moderno en estas tierras fue Miguel Arroyo, recordado por su gestión como director del Museo de Bellas Artes, así como por su trayectoria en la cerámica, investigación y docencia de las artes.

Arroyo mostró desde muy joven su vocación. En 1939 viajó para los Estados Unidos, como asistente del pintor Luis Alfredo López Méndez, quien fue comisionado para realizar los murales del Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, cuyo eje temático era “el futuro”. Tiempo más tarde, en 1946, Arroyo ganó una beca del Ministerio Nacional de Educación para estudiar en el Carnegie Institute Technology de Pittsburgh, donde se aproximó a las artes aplicadas.

En 1949 abrió junto a dos socios la tienda Gato, pionera en comercializar objetos ornamentales y de “diseño”. El local ocupaba una casa en la avenida Los Jabillos de Sabana Grande. Arroyo produjo cerámicas, esmaltes y muebles de corte moderno. En la década de los´50 se adhirió al grupo de vanguardia artística Los Disidentes, desde el que se manifestó en torno al rol que debería cumplir el diseño en la sociedad venezolana. Para Arroyo, los abstraccionistas se preocupaban “por la arquitectura, por el diseño industrial, por las artesanías, e imaginan un estado de integración de las artes según el cual están presentes no sólo en el gran mural o en la policromía de los edificios, sino también en el diseño y selección de los materiales y color de objetos tan comunes como puede serlo una cacerola”.

Para la posteridad

La arquitectura moderna tuvo auge en la Caracas de los 50. Los mejores ejemplos fueron la Ciudad Universitaria proyectada por Carlos Raúl Villanueva y la Urbanización Bello Monte promovida por Inocente Palacios. Sin embargo, fueron escasos los muebles de corte moderno concebidos en nuestro país.

En Latinoamérica la estética modernista en el mobiliario se expresó en la introducción de aspectos locales, la identidad cultural, las razones físico-ambientales y en el rescate de las tradiciones artesanales. El resultado generalmente fue el contraste entre lo nuevo y lo antiguo.

En un artículo escrito para la Revista A en 1954, titulado: Muebles modernos para una casa colonial, Arroyo rindió testimonio sobre su proceso creativo para el amoblamiento de la casa de playa de Alfredo Boulton en Pampatar, estado Nueva Esparta. Para acometer este encargo, Arroyo emprendió una investigación sobre nuestro mobiliario colonial, que se inició con la observación minuciosa de ejemplares expuestos en la Quinta de Anauco. Concluyó que sus principales características eran la sobriedad, el material (madera), la predilección por el uso de líneas curvas y el alarde de técnica artesanal. Esa información fue la base para diseñar el juego de comedor, un armario, los asientos para el salón de estar y los cuartos, los cuales exhiben formalmente una auténtica integración de la estética colonial con el lenguaje modernista. Varios de estos objetos estuvieron en la exposición Interior Moderno, montada en la Sala Trasnocho Arte Contacto en el año 2005.

Entre 1950 y 1959 Miguel Arroyo diseñó más de cien muebles por encargo, tanto para particulares como para empresas. Mostró predilección por las maderas autóctonas, trabajadas magistralmente por el ebanista de origen canario Pedro Santana. Fueron empleadas según sus texturas, grados de dureza y color, y en ocasiones combinadas con otros materiales como el metal, el mármol y la fórmica.

En cuanto a la estética también hubo oportunidades en las que los muebles de arroyo evocaron el ritmo visual de la abstracción geométrica, como en el caso de la mesa que concibió para la familia Mendoza con el concepto “vacío-lleno”.

Asesoría en La Estancia

Desde los años 60, Miguel Arroyo se fue alejando de la práctica del diseño, sin embargo ello no amainó su gusto por esta disciplina. A mediados de los años 90 participó en el equipo de asesores del Centro de Arte La Estancia, primera institución nacional concebida con el fin de promover el diseño y la fotografía. Se mantuvo activo como asesor de diferentes proyectos culturales y como investigador hasta su muerte en 2004.

Publicado en el diario El Nacional, el domingo 21 de febrero de 2010. Todas las fotografías han sido realizadas por Reinaldo Armas.

En Interior Moderno. Presentación Exposición junio 2005.

Ceramista, profesor, curador, museógrafo, escritor, historiador, y promotor de las artes y su conservación, diseñador de interiores: la trayectoria de Miguel Arroyo nos recuerda a la del oficioso hombre del Renacimiento, en quien todas las materias o asuntos despertaban una genuina curiosidad y un empeño indetenible por dar concreción a las ideas. Por ello, resulta tan difícil entresacar una faceta suya para celebrarla y, a la vez, para que nos sirva como señal lúcida y transparente del fecundo viaje en que ha fructificado su vida y obra.

Grande es ahora nuestro privilegio al poder mostrar su obra en la Sala Trasnocho Arte Contacto. Una obra silenciosa y delicada y a la vez muy física y esforzada, exigentemente moderna. Nos referimos a sus oficios como diseñador de mobiliario donde nos sale al paso un refinado dibujante, un hombre que acompañó las vanguardias de un modo sumamente  personal, como suelen, por demás, hacer los verdaderos artistas. La sencillez y la gracia de su línea merecen nuestra más concentrada atención y nuestro más hondo agaradecimiento.

Y nuestro agradecimiento particular es mayor porque desde el comienzo de las labores del TAC en 2003, Miguel Arroyo fue asesor de nuestra programación expositiva, con esa su siempre generosa y siempre maestra palabra. Empeñamos toda nuestra gratitud en este homenaje a su obra y figura, el cual ha sido posible gracias al valioso apoyo de un grupo de profesionales y gentil patrocinio de Bencorp Casa de Bolsa.

Rosa Elda Fernández

Gerente Sala TAC

Texto e imagen tomados del Catálogo de la exposición Interior Moderno.

Reseña de la exposición en el TAC: http://www.analitica.com/va/arte/actualidad/7871327.asp

Miguel Arroyo

Nace en Caracas el 28 de agosto de 1920. Era ceramista y museógrafo. Realizó estudios en el Colegio San Ignacio de Caracas y entre 1934 y 1937 asistió a la Academia de Bellas Artes, posteriormente llamada Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas. En 1937 fue asistente de Luis Alfredo López Méndez para la decoración del Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de New York (1939), ciudad en la que vivirá durante dos años. En 1943 expuso en la sección de pintura del IV Salón Oficial Anual de Arte Venezolano (MBA) con Negros e India. Profesor de Dibujo e Historia del Arte en el Liceo de Aplicación de Caracas (1944-46), entre 1947 y 1948 realizó una especialización en Educación Artística en el Carnegie Institute of Technology de Pittsburgh. Al año siguiente retoma sus cursos en el Liceo de Aplicación y crea el Taller de Manualidades, que dirige hasta 1951. Desde este último año hasta 1953 trabajó en diseño de interiores y muebles. Profesor Jefe del Taller de Cerámica de la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas (1953-56). Entre 1957 y 1959 diseñó dos murales tridimensionales y cuatro murales que sirven de división en el Taller de Ensayos de Texturas (hoy Taller Galia) en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En 1954 fue reconocido con el Premio Oficial de Artes Aplicadas del Salón Oficial Anual de Arte Venezolano (Museo de Bellas Artes) con un conjunto de piezas cerámicas. La sencillez y belleza de sus cerámicas, así como la sutileza de las texturas y formas que cultivaba para transformar simples vasijas y jarras en objetos de contemplación, son remarcables. Profesor Jefe del Taller de Plástica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo -UCV. Diseñó e instaló la colección egipcia del Museo de Bellas Artes, del cual fue director en 1959. Durante su gestión, que se prolongó hasta 1976, organizó el museo en departamentos y curadurías, así como también el Servicio de Registro. Profesor invitado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar entre 1975 y 1978 y profesor en la Escuela de Artes de la Facultad de Humanidades de la UCV entre 1978 y 1984. Su libro Arte, Educación y Museología: Estudios y Polémicas 1948-1988 (Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1989), recopila sus ensayos críticos. En 1992 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. La Fundación Galería de Arte Nacional posee de Arroyo una obra sin título (Los Caballitos, óleo sobre cartón, sin fecha). Miguel Arroyo fallece en el año 2004.

Otros links:  http://www.objetual.com/graf/articulos/jacinto/expo_arroyo/interior_moderno.htm

http://www.centenariovillanueva.web.ve/CUC/Sintesis_Artes/Artistas_Nacionales/Arroyo/Arroyo_Biografia.htm